Angelito, es el nombre que se le dio al primer NN que fue sepultado en uno de los 24 nichos que el Panteón Metropolitano de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, donó a la Arquidiócesis de Guayaquil para brindar una sepultura digna a aquellos niños que no llegaron a nacer.
“Ahora Angelito ya tiene nombre, la bendición y tendrá una sepultura digna” manifestó Mons. Luis Gerardo Cabrera, quien ofició la misa de bendición e inauguración de este espacio físico que tiene un alto valor espiritual. Lo hizo en compañía del Obispo Geovanni Pacciolli y otros sacerdotes.
Durante la ceremonia religiosa que estuvo enmarcada en la recordación de los fieles difuntos, se pidió por el alma de aquellos bebés que por diferentes circunstancias no nacieron y por el dolor de aquellas madres que los perdieron.
El Ing. José Luis Salazar, Inspector de Cementerios de la Junta de Beneficencia manifestó su complacencia al ver hecho realidad un proyecto que nació de la iniciativa del movimiento “Bebés en los corazones de José y María” y que contó con el apoyo de la Arquidiócesis de Guayaquil. “La Junta siempre se ha caracterizado por la obra social y no dudamos en sumarnos a este proyecto con la donación y construcción del bloque de nichos que albergará a estos angelitos que no llegaron a ver la luz” señaló.
Finalmente, Mons. Cabrera agradeció a las personas que hicieron posible realidad este proyecto y a la Junta de Beneficencia, “institución que siempre ha tenido un compromiso con la vida estando presente en cada una de las etapas de la vida del ser humano”