Como cada año, el Día de las Madres movilizó a cerca de 200,000 visitantes al Cementerio Patrimonial de Guayaquil para recordar al ser que los trajo al mundo.
Con arreglos florales, plantas naturales y artificiales adornaron las tumbas de sus progenitoras, productos que son ofrecidos en los exteriores del camposanto por los comerciantes durante todo el año.
La fecha también fue la oportunidad para que los alzadores (hombres que limpian tumbas, retocan la pintura, dibujan letras y colocan flores en las bóvedas más altas) ofrezcan sus servicios y sean contratados por los visitantes para limpiar y engalanar las tumbas de sus progenitoras como otra forma de rendir un homenaje, además de las serenatas que solicitaban a los músicos que transitaban acompañados de sus guitarras.
En un nostálgico y emotivo ambiente el público se agolpó al camposanto para rendir un homenaje al ser que lo dio todo.